Otra vez el domingo se tiñe de gris
porque estando contigo estoy sin ti;
y el alma se me sale del pecho
y toca el techo con añoranza del futuro.
Otra vez pongo sábanas a las nubes
para que todos esos pájaros se acomoden
y jamás pongan los pies en el suelo,
que es mejor estar por las nubes
y no preocuparse por guerras y recortes.
Otra vez me arrancan la risa de cuajo
y me tiran de golpe el vaso
que ya estaba medio lleno,
y éso nunca me sentó bien.
No sabes cuánto me he acostumbrado
a estar medio vacía,
desde que aquél día me vaciaron
de infidelidad y portazo.
Otra vez la luna sonríe mientras yo lloro
y me presta su hombro
y yo, ingenua, me apoyo
total, el daño ya está hecho
y ella siempre anda por las nubes,
sabrá más que yo que intento ir con los pies en el suelo
aunque pocas veces lo consigo.
Otra vez los peces se fueron de cena
y me dejaron sola frente a la pecera,
buscando las burbujas que jamás han existido
buscando cómo salir entre éstos cuatro cristales,
que si los tocas, queman
y si queman, ya no sales.
Otra vez me he mirado al espejo
y qué guapa me pongo con la triste mirada,
que ya es difícil decirlo
pero qué fría te pones cuando te miro;
y es una pena
pero desde que te fuiste
me encuentro mejor cuando me miro en él,
me dice que ya no estoy tan vieja como él esperaba
y que las penas,
son menos penas ante mi mirada.
Otra vez salgo a la calle en pijama
buscando el con-sentido
de esta vida sin-sentido,
porque hace ya tiempo
que el cielo dejó de ser azul
y las flores comenzaron a crecer en pleno enero,
que los pájaros volaban a ras del suelo
y el suelo, el suelo ya no es lo que era.
Otra vez me pongo camisa larga
para guardar bien el as que escondo en la manga,
y juro que iba a ganarte la partida
pero tienes la mejor mano que me ha tocado nunca,
por eso me rendí
y tiré por el sendero del 'ni contigo ni sin mí'.
Otra vez te he echado de menos
y he venido aquí para decirte que espero que seas feliz,
que tarde o temprano
nos veremos en el infierno
que éso sí que es andar con los pies en el suelo,
y sabes que a mí siempre me dieron vértigo las alturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario