Vivimos en un país
en el que dejan libres a violadores y asesinos,
y por si fuera poco les pagan para que continúen su camino.
En el que la educación se paga
mientras las miradas jóvenes se apagan
porque no se pueden costear ser ese superhéroe
que planearon de pequeños;
mientras los adultos sólo piden respeto,
menos mal que estamos nosotros
para cederles nuestro sitio en el trayecto,
porque si por ellos fuera
les pondrían coste a nuestros asientos.
Que en los tiempos que pisan,
si enfermas
estás muerto,
que si nos privatizan la sanidad
pagaremos hasta por los prospectos.
Mientras están ellos
con sus mansiones de lujo
y sus coches blindados,
con todo el blanqueo de dinero cerrado.
Menos mal que muchos se atreven a amordazar el valor,
a salir a la calle
y pisar vuestros cuentos,
siempre me dijeron que pisar mierdas trae buena suerte.
Porque no somos la generación de los muertos
y muchos de nosotros,
aún nos atrevemos a sonreír por la calle.
Decidme,
¿también nos vais a cobrar por eso?