martes, 23 de junio de 2015

Las torres más altas también se caen.

Tuviste tu oportunidad, ¿sabes? Tuviste muchas oportunidades y siempre te las diste de lista. 

Si no hubieras creído saberlo todo cuando ni tan siquiera yo lo sabía...si hubieras confiado más en que las cosas, cuando fluyen, cuando nadie las fuerza, avanzan. No hace falta correr ni perseguirlas, no hace falta gritar hasta convencerte a ti misma de que sí, de que todo funciona, no hace falta tirar de mí como si no supiera hacia donde estamos yendo. No hace falta que te sientas estúpida ni me digas que soy una hija de puta, ni que les cuentes a tus amigas que crees que me voy a marchar, ni que te folles a las mías. 

Que no, que ni tan siquiera hace falta que me digas que confías ciegamente en mí, porque yo tampoco lo hago. Pero si me hubieras cogido la mano, ¿sabes? Si me hubieras cogido la mano y te hubieras convencido de que pasito a pasito hubiéramos llegado a casa, y que haciéndolo juntas, la puerta aún estaría abierta. 

De verdad que no era tan difícil. 

¿Qué canción triste nos hubieran escrito entonces todos esos cantautores? ¿En qué bares hubiéramos bebido hasta salir borrachas, pero ilesas? 

Siempre nos recordaré como la farola más grande y más bonita de mi calle, la misma que siempre, ha estado apagada.

Cuídate.