domingo, 20 de marzo de 2016

Porque todo tú.

Dime qué has hecho esta vez para que cada dos minutos tu sonrisa se camine desnuda por mi mente.

Dime cómo consigues que después de tanto tiempo, siga poniéndome nerviosa cada vez que pienso que voy a verte.

Cómo lo has hecho para que siga pensando qué ponerme aunque ya me hayas visto sin nada encima, desnuda de vergüenzas y miedos, apuntando mi vida entera hacia ti.

Me has pedido demasiadas veces un por qué, hoy lo has hecho por última vez y mi por qué siempre se resume en ti.

                    Y en mí cuando estoy contigo.

¿Por qué? Porque sacas lo mejor de mí, porque gracias a ti comprendí que era posible aquello que durante tanto tiempo consideré como improbable,
porque me has enseñado a querer como sólo a ti podría quererte:
muy de puta madre.

Porque desde ti han paseado varias mujeres por mi vida y todas tenían tu cara cada vez que cerraba los ojos.

Porque adoro cuando somos cuatro en la mesa y me siento cada vez más mía, cada vez más sólo tuya.

Porque me encanta la vida cuando la vivo contigo.

Que por qué.

Porque sólo contigo podría pasarme, sólo a ti podría empezar a echarte de menos media hora antes de decirte adiós.

domingo, 6 de marzo de 2016

A ti te lo desearía todo.

No te mereces que te quiera.

No mereces que cada tarde salga a buscarte con una sonrisa en la boca, no mereces que pague al sol por salir a visitarte cada mañana, ni las flores que te dejé en la puerta, ni el nombre de Amor Mío, ni los besos en el portal, ni las noches de frío ni a mí.

No sé cómo hemos llegado a este punto, no sé cómo podemos odiarnos tanto como para saber a ciencia cierta que nos querremos toda la vida. Que te voy a querer y que, en mi último aliento diré "la quise aunque ella quería a otras".

Quiero que estés tranquila, yo también querré a otras, y compartiré cama y mañanas y besos y risas y cenas para dos y viajes. Todos los viajes que prometimos hacer juntas los haré agarrando la mano de otras mujeres. Y las querré. Y te seguiré queriendo como si mañana fueses a aparecer y yo fuese a dejarlo todo para irme a destrozar la cama contigo.

Cuando me miro al espejo me proclamo "mía mía y mía". Sólo mía.


Es un alivio saber también que ya nunca nadie me vendará los ojos y aprovechará el apagón para follarse a cinco en nuestra cama y volver con todas las bragas rotas a la espalda y una sonrisa de "te quiero tanto que me explota el alma cada vez que sonríes".

Espero que al menos disfrutasen lo que tú nunca me hiciste disfrutar. Y espero que estés triste. Podría desearte lo mejor y alguien que te quisiera bien, pero no. Odio esos rollos de hipocresía y ese jueguecito de la ex perfecta cuando aún tengo la imagen tuya tirando mi corazón al suelo y pisonteándolo con fuerza mientras yo lloraba. Así que deseo que estés triste. Que estés muy muy triste y un día decidas volver y me encuentres mirando a otros ojos como nunca miré a los tuyos, confesándoles que les quiero bien, que una vez me quisieron mucho y nadie debería ser tan desgraciado como para merecer algo así.

Nadie,
excepto tú.

Ojalá te quieran mucho,
mucho más de lo que tú
jurabas quererme a mí.