Llegados a este punto,
sólo puedo regalarte mis caricias
en cada resqucio de tu cuerpo,
y créeme amor,
que eso es más que suficiente,
que en los tiempos que corren
nadie está dispuesto a salvar el mundo,
pero yo sí estoy dispuesta a salvarte a ti;
y es que el mundo se vuelca
porque no está acostumbrado a la velocidad,
y claro, a veces hay que decir te quiero a tiempo
para no dejar la nostalgia en cualquier esquina,
que luego van de burdel en burdel
y no podemos evitar
echar de menos.
Bueno, eso,
yo de salvar el mundo no sé mucho,
pero de guerras y bailes te enseño lo que quieras,
podemos bailar un vals mientras te piso los talones y tú,
sonríes, como si nada de ésto hubiera pasado.
Podemos también,
olvidar la paz mundial
y renacer en nuestra propia batalla de amor,
o seguir fingiendo.
Y mira, no digas que no te avisé,
el día que decidamos plantarnos cara
voy a estallar,
y ya no hablo de ninguna Guerra Mundial,
hablo de echarle cojones a la vida,
que ya ella, de por si, es demasiado cobarde.
Y así, siendo breve y clara,
qué cojones tenemos para quedarnos
e interferir entre la marea de nuestros cuerpos
en las noches de luna llena,
de llenarnos hasta la última gota que colmó el vaso
para que fuéramos a vaciarlo,
y volver a saciarnos desde la primera risa.
Abracé tantos abrazos que afixiaban
que ésto es lo más parecido a la vida
que cargo a cuestas hace ya dieciocho primaveras,
y todo por tu manía de deshacer nudos
y atarme con la mayor libertad de tus deseos,
que las sogas no sólo afixian,
que también mueren de amor.
Respiramos oxígeno
porque la certeza de dos corazones que se buscan a sí mismos
es demasiado para nosotras,
pero ya respiraremos olvidos
y verás qué bonito descubrir que la magia existe,
que no sólo es cuestión de películas
que tú y yo nos acabemos queriendo
porque los guiones no siempre son lo más importante
y a veces, hay que improvisar sobre la marcha
sin director ni actores protagonistas,
a veces hay que ser dos,
tres,
cuatro
e incluso cinco,
pero siendo.
Dicho ésto,
no tengo nada más que añadir,
ahora cogeré la soga
y a ver qué tal se me da esto del amor.