lunes, 14 de agosto de 2017

Desde que tú: yo.

Llevaba tiempo sin mí porque estaba floreciendo.
Antes aquí dentro todo eran ramas secas y noches oscuras, hasta que llegué yo.

Llegué yo a mí y planté amapolas a cada paso,
llegué y revolucioné mi mundo porque después de ti: nadie.
Me quise cada mañana al despertar
y me besé cada catarata con olor a mar antes de dormir,
me acaricié el pelo
y me llevé a ver las estrellas.

Llegué yo y me salvé a mí,
pero no de ti.
Me salvé de mí
porque sorpresa:
'tu peor enemigo eres tú
y te llevas dentro.'

Y yo me dejé salir y me salvé,
volé tan alto que cuando miré abajo
nada parecía tan grande
nada de todo lo que tú
era ahora importante.

Llegué yo a mí y planté amapolas a cada paso,
llegué y revolucioné mi mundo porque después de ti: ella.
Y desde aquella tarde de invierno
y desde que ella
aquí dentro brotan los cerezos
sin necesidad de esperar a la primavera.