lunes, 20 de mayo de 2013

Me has salido cara, amor.

Empieza el día
a solas, a oscuras
un sol nublado.
Acaba el día
contigo, radiante
una luna cegadora.

Verte,
el pluscuamperfecto
de cualquier conjugación
del tiempo contigo.
El tren me guía
y yo me dejo guiar
me dejo caer en el juego
me arriesgo a no levantar
pero y qué
sé que tú estarás al final.

Y empiezo a rozarte,
empiezo a ver tus labios
             -aún quedan horas para verte-
y tu sonrisa ya me está mirando
ya me está diciendo cómeme
                                    -pero hazlo flojito-
que ella no se entere.
Entérate,
comencé a creer en el amor
desde que te ví a lo lejos,
comencé a creer en el amor
desde que me rozaron tus manos,
comencé a creer en el amor
desde que empecé a creer más en ti
                                       -y menos en mí-

Y llegas.
Y llego.
No sé qué hora es
pero eso me da igual
hace tiempo, mucho tiempo
que deje de mirar el tiempo;
paré el minutero en aquel mes de junio
y aquí sigue, parado,
estancado en el amor
                                 en la obsesión
                                                        o en ti.

Ponte cómoda
-dijo tu sonrisa-
y un escalofrío con aires homicidas
se sentó obediente.
Imagíname en tu colchón,
imagínate encima,
imagínate debajo;
imagínate mía.

Y el tiempo transcurrió
entre miradas furtivas
que buscan un cazador indecente;
entre besos no dados
escondidos debajo de las ganas
                                           -de mis ganas-
Y el tiempo transcurrió
entre el roce de dos piernas
que buscan dueño al que obedecer;
entre gemidos imaginados
que sacian el placer.

Y desde entonces,
aprendí a medir el tiempo
aprendí a medirte conmigo
y a plantarte distancia con él
                                        -con mi corazón-
También aprendí a suspender
y a dejarte para septiembre
y repetirte año tras año.

Me ha salido caro el vicio
de plantarle cara al reto
más indiscreto que he conocido jamás.
Me ha salido caro el corazón
y se ha quedado sólo
esperándote llegar
                    -sabiendo que no llegarás-
Me has salido cara, amor.
Y ahora busco una cruz
que funcioné de media manzana
que ya me cansé de tus naranjas
y tus medias tintas;
me cansé de los vasos medio vacios.

Y me cansé de mentirme.
Jamás me cansé de ti
a quién pretendo engañar.

Sólo que
se me quedó platónico el tiempo
cuando me perdí en tu mirada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario