viernes, 12 de julio de 2013

La insoportable manera de olvidarte.

Supongamos que hoy estoy insoportable.

Lo estoy.

No soporto a esos pequeños insolentes,
que en mitad de la piscina se tiran
salpicando hasta la última lágrima de tu cara.

No soporto los días nublados sin lluvia,
sin salir a pisar charcos
y hundirme en el mundo;
ni las caras tristes sin lágrimas
a las que mis dedos puedan secar.

No soporto tu cara de felicidad
al estar distante,
tenías que ver mi cara de decepción
al sentirte fría.
Es como entrar en un iglú
y no encontrar la salida,
y perder el abrigo,
como sentir poco a poco
el enrojecimiento de la nariz.
                        -Vamos, como no sentir-

No soporto los enfados cascarrabias de mi madre,
esos que finalizan con un
'en esta casa mando yo',
y yo me callo,
me trago todos los tacos posibles
y me encierro en mi cuarto.
Como cuando el amor te da la espalda.

No soporto a la gente fiel,
ni a la gente infiel;
no lo hago con la gente feliz
que parece que se sacan
una a una todas las sonrisas de la manga,
y mientras yo aquí
buscando en cada piedra
y sin encontrarte,
sin tropezarme.
Que ojalá lo hiciera
que de los tropiezos se aprende
y yo aún no te he aprendido
para haberte estudiado tanto.

No soporto la coliflor en la comida,
me recuerda a esas terceras personas
que siempre están tocando los cojones
-y perdón por la expresión-
pero cabrones
se les quedaría corto,
qué queréis que os diga
no tienen otro nombre.

No soporto madrugar en vacaciones
y no verte al lado,
que claro, si estuvieras a mi lado
nos acostaríamos al sonido del gallo,
o de un orgasmo.

No soporto tu boca
por increíble que parezca,
pero es que se llena de mentiras
y a mí me llena el corazón de palabrería,
qué joder
es demasiado inocente.

No soporto los 'te quiero' en la primera cita,
ni los 'siempre te esperaré' tras dejar una relación,
debéis entender que las palabras se las lleva el viento
y éste nunca tiene rumbo fijo.

Por eso acostumbro a no creerte.

Y vosotros pensaréis
que debo ser insoportable
por no ser capaz de soportar esas tonterías,
pero, por si me estás leyendo
voy a decirte algo:
NO TE SOPORTO,
y gracias por hacer
que el mundo sea un poquito más soportable
cuando estás a punto de irte.

Lo dicho,
que te vaya bonito
y que alguien sea capaz de soportarte;
ahora, solo déjame.

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