jueves, 17 de abril de 2014

A las cosas por su nombre.

Ahora a una crema que hidrata la piel se le llama 'aftersun', a un los corredores 'runners', a las fiambreras 'tuppers', a los farsantes 'artistas'  y a los artistas 'farsantes', a los chicos que se follan a treinta 'machotes'  y a las chicas que follan por placer 'putas'. A los gays se les llama 'maricones' y a las lesbianas 'camioneras'. A la gente que escribe por necesidad la llaman 'intensa'  y al que no sabe cómo expresarse le dicen 'insensible'. Y del amor se atreven a contar que es una puta mierda.

A la humanidad la seguimos llamando humanidad cuando se está convirtiendo en agua que comienza a estar estancada. Que empieza a oler a putrefacta.

Y ahora bien, me gustaría saber si tú serías capaz de cambiarle el nombre a tu mascota después de estar diez años contigo. Creo que no.

Seamos personas coherentes, llamemos a cada cosa por su nombre. 

Que la crema, es crema. La fiambrera, es fiambrera. Los corredores, son corredores. Los chicos y las chicas, son chicos y chicas completamente iguales. Los artistas son artistas y los farsantes son farsantes. Los gays y las lesbianas son homosexuales. El que escribe, es escritor. Y no necesariamente poeta. El insensible es tímido. El amor, como dijo Escandar, es la hostia. Y tú, tú no eres más que esa hija de puta que se dedicaba a hacerme feliz.

                                           

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