Algunos días quieres llorar
y ni tan siquiera una lágrima
quiere suicidarse.
Pero tú sigue así
aparece cuando más me lo espero
que será cuando menos te necesite.
¿Te preguntaste alguna vez qué pasó conmigo cuando te marchaste?
Tú contigo
tenías suficiente.
Te mirabas al espejo cuando querías
te acariciabas el pelo cuando querías
te follabas cuando querías.
Te tenías a ti
y eso es todo lo que te sobraba.
Claro que no me entiendes.
Pero intenta olvidarte
aunque tan sólo sea un día
y empezarás a saber de qué hablo.
Perderte fue el castigo,
echarte de menos la derrota.
Después de mí,
todos me hablaban de ti.
De lo que hacías,
de lo que hablabas,
de con quién ibas
y de a quién besabas.
A quién le importas tú
si no es a mí.
A quién le importo yo si no es contigo.
Precipitarse a tu recuerdo
es apostar todo el sueño al dolor,
y apostar algo que no tengo
es cerciorarse de que la pérdida
será inminente.
Como todo contigo.
Que de golpe te vas
y de golpe vuelves.
No vivo de ti,
vivo de tus hostias.
Por si te interesa,
(porque me gusta seguir pensando
que piensas en mí,
por gilipollas que parezca esa idea),
después de ti quedé yo.
Mi yo en estado puro,
porque antes de ti
no tenía ni puta idea de a quién veía en el espejo.
Pero no he cambiado tanto,
seguiré haciéndome la dura
cuando alguien venga con intenciones
de pasar más de una noche en mi cama,
seguiré guardando las bragas
en el primer cajón
y los calcetines en el segundo,
la caja con los recuerdos de antes de ti
sigue en el segundo estante,
la caja con los recuerdos de después de ti
no existe:
he dado por imposible olvidarte.
Sigo comiendo palomitas con sal y azúcar,
y la Nutella a cucharadas.
Sigo bebiendo cerveza de manera descarada
y poniendo cara de pena cuando quiero convencer a alguien
de que sin duda, mi plan es el mejor.
He vuelto a negar a todo el mundo
que todavía te recuerdo
y he vuelto a decirle a mi madre
que para mí no fuiste importante.
Cuando salgo de fiesta
nadie puede bailar como yo encima de las barras.
Y cuando pienso todo lo que era antes de ti
me ahogo en un vaso de agua.
Aún pongo diez alarmas cada cinco minutos
y me sigo quedando dormida
porque no es tu voz la que me despierta.
Vuelvo a besar corazones
sin intención alguna de quedarme.
Pienso que tú sacaste lo peor de mí
porque hiciste creer a los demás
que el amor era la hostia.
¡PUM!
Seguiré mintiendo cuando alguien me pregunte
que si creo en el amor.
Regresaré a los bares de siempre
con las personas de siempre,
pediré un abrazo cuando lo necesite
y estiraré mi mano cuando con urgencia
necesite una dosis de cosquillas.
Toda esta vida
quedó después de ti.
Que al final,
siempre está el fin,
y en el fin
sigo siendo la misma
pero volviendo a pensar en ti
aún a sabiendas de que contigo
nunca diré hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario