La chica con la que cruzas miradas en el tren.
Esa que lleva ese perfume que tanto te gusta, y que sólo por eso, te deja prendada.
La de la boca bonita, en la que encierra una sonrisa que lo es más aún si cabe.
La que conociste en aquella fiesta, sí, esa que besaba con tanta ternura.
Esa a la que dedicas los ratos más intensos de cada noche, la misma que es capaz de robarte casi 190 sonrisas.
La que conociste por casualidad por las calles de Madrid, ¡la más bonita casualidad!
La taxista que te llevo de tu casa al aeropuerto.
A la que sólo has visto un par de veces, pero estás segura de que es capaz de revolucionar tus sentidos.
A la que no has visto (aún)
La que consiguió conquistarte en un mes y se fue en sólo un día.
La morena de la calle de atrás.
La vecina del octavo.
La que despertó en tu cama la noche anterior, y se despidió con una simple nota en la que ponía 'ha sido todo un placer, nena'.
Ella.
Va a ser cierto eso que dicen de que los amores más intensos son los más breves.
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