martes, 7 de marzo de 2017

Ella es perfecta y tú eres un idiota.

Ella es perfecta con su lunar en el cuello, con su risa olor río y con su desesperante manera de hablar. Ella es perfecta con el pelo recogido y cuando se lo suelta se convierte en musa de todos los poetas. Es perfecta con ese paleto torcido que le acompañará de por vida porque decidido que lo que más le gustaba de ella eran sus imperfecciones. Es perfecta cuando durmiendo, ronca y babea toda la almohada, y cuando se despierta y su aliento huele a tormenta de rayos y su cara está marcada por las sábanas. Es perfecta cuando mientras bebe, le estalla una carcajada y todo el vino se columpia por su nariz para salir disparado hacia tu camisa favorita. Es perfecta cuando se cabrea y no la soportas, cuando desearías mandarle lo más lejos posible y no volver a verla pero sabes que no aguantas más de dos minutos sin mirarle a los ojos. Es perfecta cuando se tropieza en todos los bordillos que estorban por la ciudad y cuando les dices a tus amigos que no la soportas más, que no te soportas más.
Ella es jodidamente perfecta, diosa del Olimpo cargada de preciosas imperfecciones que no saben más que ser criticadas por un cretino como tú que nunca supo aceptar que en las más oscuras imperfecciones, se ocultan las perfecciones más genuinas. Así que espabila, idiota, tú tampoco eres perfecto y ella te sigue sonriendo porque a su lado, puedes lograr serlo.

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