Sé que lo estás pasando mal, que aún me quieres porque yo también y les dices a todos que estás harta de mí, te entiendo porque alguna vez yo también me sentí así y necesito que hagas algo, necesito que hagas algo por ti.
Humillame.
Humillame todo lo que puedas, escúpeme la pena siempre que me veas con alguien que no seas tú, sonríe cuando estés con ella y me tengas al lado, sólo así tendré motivos para querer matarla, diles a todos lo puta que soy ante tus ojos, el daño que te hice, que no lloré en nuestra última despedida porque siempre supe que nunca tendremos una última despedida, diles que te quise pero que lo hice de puta pena, que ya ni para eso valgo porque no veo a nadie como a mí en el espejo, diles que crees que te mentí, y recalca "creo" porque ellos creen en Dios y tampoco existe.
Diles que te dejé tirada a los pocos meses de recogerte del suelo, que ni tan siquiera me preocupe por cómo estabas o por si me necesitabas, que jamás soñé contigo pero sí dejé que te cumplieras, que tú soñabas conmigo pero ya nunca me cumplía.
Díselo, diles todo, sé que muchas cosas ya las has dicho, pero por favor, humillame, hazme sangrar, llorar, hazme vivir en la muerte, pero no te olvides de decirles que te quise, que te quise como a nadie y que ellos jamás podrán comprenderlo, porque a estas alturas, ni tú misma sabes hacerlo.
Y te lo agradezco.
Uf, qué contundencia. Palabras que escuecen como sal en una herida abierta.
ResponderEliminarVolveré a por más.
Un saludo.